jueves, 28 de enero de 2010

La donación de vivo sigue sin estar suficientemente potenciada en España

MADRID.- Hace ocho años Antonia Aisa, de 58 años, quiso regalar uno de sus riñones a su hija afectada por una enfermedad renal crónica, pero le negaron la posibilidad de donar por existir una incompatibilidad sanguínea entre ambas. Ella es una de los escasos familiares de pacientes como su hija que conocía la existencia de esta posibilidad terapéutica.
Afortunadamente, hace dos años, la 'discrepancia' en el grupo sanguíneo no supuso ninguna barrera y Toñi pudo liberar definitivamente a su hija, Ana Belén Segovia de 36 años, de la hemodiálisis a la que venía sometiéndose desde hacía 10 años por culpa de una glomerulonefritis i IGA [un tipo de enfermedad renal en la cual la parte de los riñones que ayuda a filtrar los desechos y líquidos de la sangre se daña] que le diagnosticaron cuando tenía 20.

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