
El agua y los patos han regresado al Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel para sacar de la grave sequía al humedal manchego, que ha comenzado a inundarse en los últimos días gracias a las intensas lluvias y al trasvase de urgencia decretado por el Consejo de Ministros el pasado otoño.
Según ha podido corroborar Efe, el agua ha comenzado a conquistar cada rincón del parque nacional y empieza a ser visible desde cualquier punto elevado del terreno, desde donde se puede observar cómo finas láminas se extienden entre las maltrechas y sedientas manchas de masiega ('Cladium mariscus'), una de las plantas más características de Las Tablas de Daimiel.
Unas 160 hectáreas de terreno, de las 1.850 posibles de encharcar, han sido inundadas ya por los aportes hídricos que llegan desde el río Gigüela, desde los arroyos del entorno del parque y del trasvase de los pantanos de la cabecera del río Tajo, según explicaron a Efe fuentes del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.
Estas mismas fuentes señalaron que el agua cada día "gana más terreno" al mantenerse los aportes hídricos, lo que se ha convertido en la mejor noticia para la recuperación integral del Parque Nacional.
Especial importancia en la recuperación hídrica de Las Tablas de Daimiel está teniendo el río Gigüela, que ha llegado a aportar caudales superiores a los 27 metros cúbicos al segundo, según los datos de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (que se obtienen de forma automática, a falta de supervisar).
El retorno del agua ha permitido el regreso de muchas aves acuáticas que, poco a poco, han comenzado a regresar al Parque Nacional donde se las puede ver, volviendo a ocupar lugares tradicionales de estancia que durante los últimos años han permanecido secos.
Según ha podido corroborar Efe, el agua ha comenzado a conquistar cada rincón del parque nacional y empieza a ser visible desde cualquier punto elevado del terreno, desde donde se puede observar cómo finas láminas se extienden entre las maltrechas y sedientas manchas de masiega ('Cladium mariscus'), una de las plantas más características de Las Tablas de Daimiel.
Unas 160 hectáreas de terreno, de las 1.850 posibles de encharcar, han sido inundadas ya por los aportes hídricos que llegan desde el río Gigüela, desde los arroyos del entorno del parque y del trasvase de los pantanos de la cabecera del río Tajo, según explicaron a Efe fuentes del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.
Estas mismas fuentes señalaron que el agua cada día "gana más terreno" al mantenerse los aportes hídricos, lo que se ha convertido en la mejor noticia para la recuperación integral del Parque Nacional.
Especial importancia en la recuperación hídrica de Las Tablas de Daimiel está teniendo el río Gigüela, que ha llegado a aportar caudales superiores a los 27 metros cúbicos al segundo, según los datos de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (que se obtienen de forma automática, a falta de supervisar).
El retorno del agua ha permitido el regreso de muchas aves acuáticas que, poco a poco, han comenzado a regresar al Parque Nacional donde se las puede ver, volviendo a ocupar lugares tradicionales de estancia que durante los últimos años han permanecido secos.
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