
Parte de la 'verdad' sale ahora a luz gracias a la utilización de varios métodos científicos, incluidos análisis genéticos, antropológicos y radiológicos, llevados a cabo sobre su momia y sobre otras 10 relacionadas de alguna forma con el joven faraón. Todas ellas han formado parte del proyecto iniciado hace ya dos años, conocido como la Familia Real Tutankamón.
Publicado en el último número de la revista 'Journal of the American Medical Association' (JAMA), el estudio detalla que la malaria y las anomalías óseas parecen haber contribuido al fallecimiento del rey faraón Tutankamón.
"Debido a su muerte prematura, sin dejar descendencia, ha habido numerosas especulaciones sobre las enfermedades que pudieron sobrevenirle. Sin embargo, la mayoría de los diagnósticos establecidos son hipótesis derivadas de la observación y de la interpretación de los utensilios materiales encontrados en las tumbas, y no por la evaluación de los restos momificados de las personas reales", aclaran los autores del ensayo.
Dos de los trastornos que se habían sugerido son una forma de ginecomastia (excesivo desarrollo de las mamas en los varones, normalmente, como resultado de un desequilibrio hormonal) y el síndrome de Marfán (enfermedad rara del tejido conectivo que afecta a muchos sistemas orgánicos y que se caracteriza por un aumento inusual de la longitud de los miembros).

"Las supuestas mamas aumentadas de Tutankamón, así como las de su padre, no han podido ser determinadas porque Akenatón es un esqueleto momificado y el joven faraón carece de parte frontal de la pared torácica. Por el contrario, el pene de Tutankamón, hace tiempo separado del cuerpo, sí está bien desarrollado. En cuanto a los huesos de la pelvis están casi totalmente desaparecidos. Los de su progenitor, pese a estar fragmentados, no muestran características femeninas tras su reconstrucción mediante el uso de tomografía computarizada", reza el ensayo.
Publicado en el último número de la revista 'Journal of the American Medical Association' (JAMA), el estudio detalla que la malaria y las anomalías óseas parecen haber contribuido al fallecimiento del rey faraón Tutankamón.
"Debido a su muerte prematura, sin dejar descendencia, ha habido numerosas especulaciones sobre las enfermedades que pudieron sobrevenirle. Sin embargo, la mayoría de los diagnósticos establecidos son hipótesis derivadas de la observación y de la interpretación de los utensilios materiales encontrados en las tumbas, y no por la evaluación de los restos momificados de las personas reales", aclaran los autores del ensayo.
Dos de los trastornos que se habían sugerido son una forma de ginecomastia (excesivo desarrollo de las mamas en los varones, normalmente, como resultado de un desequilibrio hormonal) y el síndrome de Marfán (enfermedad rara del tejido conectivo que afecta a muchos sistemas orgánicos y que se caracteriza por un aumento inusual de la longitud de los miembros).

"Las supuestas mamas aumentadas de Tutankamón, así como las de su padre, no han podido ser determinadas porque Akenatón es un esqueleto momificado y el joven faraón carece de parte frontal de la pared torácica. Por el contrario, el pene de Tutankamón, hace tiempo separado del cuerpo, sí está bien desarrollado. En cuanto a los huesos de la pelvis están casi totalmente desaparecidos. Los de su progenitor, pese a estar fragmentados, no muestran características femeninas tras su reconstrucción mediante el uso de tomografía computarizada", reza el ensayo.
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